Existe un amplio abanico de legislaciones en materia de aborto, desde el derecho a interrumpir el embarazo libre y público hasta la prohibición y criminalización. Me inclino a creer que cada uno es dueño del destino de su cuerpo y, por lo tanto, de su propia libertad, y es a través de una respetable libertad personal que los seres humanos pueden establecer y alcanzar los objetivos dependiendo de su propia moral y de la ética de sus sociedades. PERO, aunque cada cual sea dueño de su cuerpo, creo que el aborto debe ser una decisión ponderada. Esto significa que el derecho a la autonomía debe ser equilibrado con el reconocimiento de la responsabilidad moral existente en la decisión. Esto implica que hay muchas consideraciones morales a tener en cuenta, especialmente aquellas que afectan a la vida inocente que se coloca en peligro. Una vez que se entiende esto, y que se realiza un análisis completo y sincero de la situación, entonces pueden hacerse decisiones responsables de manera coherente y justa.El aborto es una vacío moral que no se puede ignorar.