Animals...una historia que nos identifica....

Un Review del gran disco de la mítica banda Pink Floyd.

Se Tomó como referencia la novela de George Orwell , ‘Rebelión en la Granja’ (1945) y, aunque la novela era una crítica del régimen estalinista en la Unión Soviética, Waters se explayó a gusto en contra del sistema sociopolítico occidental capitalista (o neo-liberal, como se dice actualmente) usando a los tres animales. Los perros, los cerdos y las ovejas serían los representantes de las tres clases sociales prominentes.

Curiosamente, el único tono discordante con la agresividad y crudeza del disco viene con las dos partes del tema “Pigs on the Wing ”, con el que se abre y se cierra el disco. No solamente es un tema breve y acústico, sino que además es el primer tema de amor en la discografía de la banda: aparentemente, Waters se inspiró en su entonces esposa Carolyne Christie , una de las muy pocas personas que podían no solamente penetrar en su cerrado y oscuro universo, sino retarle a nivel intelectual, tal como afirman los allegados de Waters, Nick Mason incluido, quien además añade que fue ella la que domó por primera vez la fiera que llevaba dentro el multiinstrumentista. El tema sirve como un faro de esperanza y ternura ante tanto cinismo y oscuridad, señalando al amor como el refugio del hombre moderno ante la inhumana sociedad, en la que el hombre es el lobo para el hombre, tal y como dijo Plauto.

El tema “ Dogs ”, de 17 minutos de duración, es el más cínico del disco, valga la redundancia ya que “cínico” proviene del griego antiguo kynos (perro). En él, los canes representan a la gente despiadada, sobre todo en el ámbito de los negocios, quienes hacen todo lo que está dentro de sus posibilidades lícitas e ilícitas para alcanzar el éxito. Son los depredadores de la época moderna y han transformado la sociedad para que en ella rija la ley del más fuerte y la desconfianza en nombre del poderoso caballero de Quevedo: Don Dinero. Sin embargo, toda esa lucha encarnizada para obtener el éxito materialista no llevará a ninguna parte, ya que algunos de ellos serán devorados por otros perros más fieros o acabaran muriendo solos, ya que en su ascenso feroz y despiadado hacia la cumbre se han quedado sin amigos.
Aunque en apariencia tuvieron una vida exitosa, en realidad ha sido miserable, teniendo que joder la vida a sus competidores en la disputa (carrera de ratas, como la llaman los anglosajones). Básicamente, vivieron su vida siguiendo los caminos dictados por los cerdos, la clase dominante, y no siguieron sus propios sueños y aspiraciones; consiguieron el éxito material a cambio de su alma: sembraron lo que cosecharon. Musicalmente hablando es el tema más progresivo del disco, con varias secciones que alternan entre lo místico y lo visceral. Contiene algunos de los mejores riffs de Gilmour y, en cierto modo, el duelo vocal de Waters-Gilmour representa la inminente fricción entre los dos músicos.

Los cerdos del tercer tema, “Pigs (Three Differente Ones)” representan la clase dominante. En el disco se dividen en 3 categorías, aunque solo la tercera acaba teniendo nombre y apellido: Mary Whitehouse, activista ultraconservadora que condujo varias campañas en contra de los cambios morales durante los años 60, cambios que percibía como una degradación de los valores tradicionales británicos; previamente, atacó a la banda como uno de los agentes de dicha “degradación”. Además, abogó por la censura de la violencia y del sexo en los medios de comunicación, y fue precursora del Parents Music Resource Center de Tipper Gore en los años 80.
Contexto marcado, se cree que la primera categoría son las grandes corporaciones, la segunda, sus lacayos los políticos; y la tercera, los adalides de la superioridad moral reflejados en las autoridades religiosas y los ultra-conservadores laicos. El lazo común entre las tres categorías es la hipocresía: muestran de cara a la sociedad una fachada amable y respetable, pero en realidad usan los perros como instrumentos para alcanzar sus fines.
Por otra parte, los adalides morales proyectan su disposición hacia los cambios que llegan con los nuevos tiempos, precisamente para ocultar su propio miedo ante ellos, ya que saben que pronto sus monsergas conservadoras acabarán en el cubo del reciclaje de la historia. Los cerdos son hipócritas y cobardes porque no se atreven manchar sus manos con el trabajo sucio que hacen los perros aunque, en lo más profundo de su alma, disfrutan de manera morbosa con la violencia y la impiedad de la sociedad hacia el prójimo más débil: las ovejas. A nivel musical, aparte del ritmo pseudofunky (con reminiscencias del
“Have a Cigar” ) y el uso del vocoder, lo que más destaca es el solo de Gilmour, posiblemente el más feroz de su discografía: sencillamente explosivo.

Las ovejas, “Sheep” , son el proletariado: la gente simple y trabajadora que vive en un mundo creado por los cerdos, donde se les oculta, a través de la manipulación y las distracciones mediáticas y religiosas, el hecho de que todo lo que hacen sólo sirve para que sus amos se enriquezcan a su costa, mientras que ellos sólo pueden contar con lo justo para sobrevivir mientras malgastan su vida en los medios de producción. Están encantados con lo que tienen y, además, no dudan en obedecer a sus amos, incluso hasta involucrarse en contiendas bélicas sin sentido para poder preservar las migas que les echan sus amos y que ellos, dentro de su ignorancia voluntaria o inducida, perciben como privilegios.
Sin embargo, de vez en cuando, las ovejas se sublevan (en este caso usando artes marciales) para derribar a sus opresores, los perros, y se ocupan de los medios de la producción, que al fin y al cabo son suyos… aunque todo es un circulo y los oprimidos llegan a ser los nuevos opresores, paradoja que se acentúa en el disco con la segunda parte del “Pigs on the Wing” , dejándonos con la impresión de que la verdadera revolución yace en el amor, que es la única manera para sobrevivir el yugo capitalista.
La ausencia de una conclusión contundente, de una explicación acerca de cómo hacer la sociedad más humana y justa, hacen de este tema el más marxista y a la vez el más nihilista y cínico de Waters. Básicamente, lo que nos dice es que sólo se puede sobrevivir a este mundo capitalista aguantando y aceptando lo que se nos viene encima, aprovechando las migajas que los cerdos nos echan desde arriba y comportándonos como unas ovejas obedientes: no hay salvación para los proletarios y las cadenas sólo cambian de propietario. Muy poderoso resulta ser también el simbolismo de recitar a través del vocoder y la manipulación de la letra del salmo 23 del Antiguo Testamento para que se adaptara al contexto de la canción, mientras que a nivel musical contamos con más riffs incendiarios por parte de Gilmour, la discreta similitud de la línea de bajo con la del tema “One of These Days” y la ingeniosa mezcla de la voz de Waters con el sintetizador.

tomado de
mariskalrock.com
 
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