El Manuscrito Voynich

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Seguramente han escuchado, visto o leído, sobre la Piedra Rosetta. Si no saben lo que es, bueno, seguramente han escuchado o utilizado el software que permite aprender múltiples idiomas. En su momento, la Piedra Rosetta permitió descifrar una escritura tan antigua como los jeroglíficos egipcios, y hablamos de que los egipcios se dedicaron a dibujar y tallar sus pictogramas sobre una gran cantidad de superficies, desde pergaminos detallando compras sencillas en el mercado, hasta las grandes tumbas en las pirámides.

Pues bien, el tema que nos ocupa hoy trata de algo similar a esto, es decir, a los jeroglíficos. Solo que tiene un ligero plot twist: NADIE HA LOGRADO DESCIFRARLO.

Hagamos un poquito de historia:

Según sus primeros propietarios, este manuscrito podría haber sido escrito por el filósofo y teólogo escolástico inglés, de la orden franciscana, Roger Bacon, quien vivió entre los años 1214 y 1294. Es decir, que hablamos del siglo XIII, por lo que contaría, actualmente, con ocho siglos de existencia. Desde entonces, muchos han sido sus propietarios, pasando por Rodolfo II de Bohemia (nieto de Carlos I de España); Georgius Baresch (conocido como Barschius, alquimista que trabajó en la corte de Rodolfo II de Praga) de quien no se conoce mucho salvo por unas cartas dirigidas a Athanasius Kircher (aunque se duda que fueran suyas, y más bien escritas por otro señor en un intento de estafar a Kircher). Pues bien, este Kircher fue dueño del manuscrito hasta 1680; no consiguió descifrarlo, y pasó a la biblioteca del Collegio Romano (actual Universidad Pontifica Gregoriana), donde estuvo hasta 1912.

Saquemos cuentas…

1680… 1912…

Son 232 años. Es decir, dos siglos, y un poco más de un tercio de otro.

Pues bien, en 1912, un señor de origen polaco llamado Wilfrid M. Voynich (de quien el texto adopta el nombre con el que se le conoce), compra el manuscrito en cuestión. Estuvo en su posesión hasta 1930, cuando pasa a su viuda, quien lo conserva hasta 1961. Es entonces cuando otro señor, un tal Hans Peter Kraus, lo adquiere, y ocho años después, lo cede a la Universidad de Yale, en Estados Unidos, donde se conserva actualmente como parte del fondo de la Biblioteca Beinecke de Manuscritos y Libros Raros.

¿Qué hace que sea tan interesante este ejemplar?

Bueno, para empezar, es único en su tipo. En sus ocho siglos de vida, ha sido objeto de estudio de muchos especialistas, y en el último siglo, a inicios del mismo, fue muy estudiado por reconocidos criptólogos de la Segunda Guerra Mundial. Esto ha convertido al Voynich en una suerte de Santo Grial de la criptogafía, a pesar de que su indescifrabilidad lo ha catalogado también como un engaño y un galimatías de proporciones épicas. Es decir, algo totalmente inventado y sin sentido alguno a pesar de su detallada elaboración. Para refutar esto, los estudios realizados en cuanto a lingüística han demostrado que el manuscrito cumple con la ley de Zipf. Es un poco complicada de explicar, teniendo en cuenta su base matemática, por lo que los invito a que la busquen, pero básicamente dice que este ejemplar puede estar escrito en un lenguaje concreto, basado igualmente en una lengua natural, ya que otros idiomas ficticios (el élfico de Tolkien; o el klingon, de Star Trek, por ejemplo) no la cumplen. Lo curioso es que, fuera quien fuera el autor del Voynich, era imposible que conociera sobre esta ley, puesto que la inventaron en la primera mitad del siglo XX.

La datación mediante carbono 14, usada en todo aquello que no ha sido objeto de una intervención, es decir, que se halle en condiciones que permitan su aplicación, arrojó que el manuscrito podría no haber sido escrito en el siglo XIII, sino en el XV, es decir, unos 200 años después de lo que se suponía, por lo tanto, Roger Bacon podría no haber sido el autor. Lo que sí fue confirmado, sin duda alguna, es que se trata de un auténtico documento medieval.

Pero bien, hablando del libro en sí, imagínense unas 240 páginas de pergamino (páginas más, páginas menos, puesto que se han perdido algunas). En total, mide unos 23,5 x 16,2 x 5cm, dimensiones similares a un formato A4 (21 x 29,7cm), o sea, que tiene el tamaño de una hoja de escribir normal. Sin embargo, no todas son de este tamaño, ya que algunas se desdoblan, como en esos mapamundis que vemos por ahí a veces. El pergamino con el que se hizo es de piel de becerro, sobre la que no se había escrito previamente. La cubierta y el encuadernado son de piel de cabra, y no son las originales. Los orificios de insectos en el primer y último folio (en el orden actual que, aparentemente, no fue siempre ese) indican que puede haber contado con una cubierta más bien de madera, con un recubrimiento interior de piel, si es que la decoloración de las esquinas es una indicación.

El texto está escrito de izquierda a derecha. No hay puntuación visible, y la mayoría del texto está escrito en una columna sencilla de la página. En cuanto a la estructura en sí de las palabras, algunos caracteres aparecen dobles o triples, donde algunos incluso solo aparecen al inicio de una palabra, otros al final, y algunos en el medio. Casi ninguna palabra tiene menos de dos letras ni más de diez. Las ilustraciones presentes en este manuscrito se dividen en seis secciones diferentes, cada una con estilos diferentes. Estas secciones son: Herbario, Astronómicas, Balneologica (relativa a los baños), Cosmológica, Farmacéutica, y Recetario.

Muchas teorías se han tejido alrededor de esta interesante pieza. Una de ellas, que el propio Voynich se inventó toda la historia, y él mismo, al ser un comerciante de libros antiguos, tenía los medios y el conocimiento para fabricar semejante documento. Las cartas de Baresch podrían haberle dado la información necesaria, puesto que solo mencionaban un manuscrito, pero no mucho. Afortunadamente, los experimentos y datación con carbono 14 probaron que, en efecto, Voynich no tuvo nada que ver en la creación del manuscrito.

El caso es que, a día de hoy, constituye una de los secretos más fascinantes de la época medieval. Se conoce sobre su época de fabricación gracias a las técnicas modernas. El tipo de tinta usado y los materiales. Pero todavía no se sabe ni lo que dice, ni para qué es. Todos asumen que es una suerte guía farmacológica, dado los dibujos de plantas encontrados, pero a duras penas se han reconocido un par de especies; el resto, nadie ha sabido identificarlas.

En lo personal, encuentro las imágenes muy bellas. Tengan en cuenta que hablamos de la época medieval, así que tampoco esperen una Gioconda o un Nacimiento de Venus. Sin embargo, y teniendo en cuenta ese mismo origen, al menos como pieza artística sí tiene su valor.

¿Logrará, algún día, la criptografía descifrar este manuscrito? ¿O es que, en efecto, y a pesar de cumplir con ciertas reglas lingüísticas, esto no es más que una broma muy bien elaborada dirigida a alguien en particular?
Ver el archivos adjunto 9681

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Personalmente no pienso que sea una broma, me parece que hay demasiado trabajo en él, no solo en escribir todo eso, sino también en las ilustraciones, no se, algo bastante elaborado como para ser algo cuyo propósito halla sido, el gastar una broma. Más bien creo, que ese lenguaje encriptado puede haber sido utilizado para ocultar algún tipo de información. Hay lenguajes únicos muy complicados, por ejemplo, si en un hipotético futuro post apocalíptico, alguien encuentra un libro en japonés, escrito en Kanji, probablemente nadie pudiera descifrarlo. Hay muchas cosas del pasado que hoy día siguen siendo una incógnita.
 
De este manuscrito si he escuchado hablar y he leído sobre el (me gustan la investigación de misterios 😅) pero nunca lo he visto, o sea, tengo entendido que no hay ninguna copia digital del mismo y lo único que he visto son fotos. Si tengo uno que se parece mucho que se llama "Codex Cerafinanus" o algo por el estilo, pero ese se ve que es invento ya que la primera imagen muestra una cama moderna 🤔
 
Vale, esto es algo muy interesante. Hacía tiempo había escuchado hablar de él pero no sabía todos sus detalles. Concuerdo con Soma con que no debe ser una broma, demasiado elaborado y extenso para que alguien se tome la molestia de hacerlo sin ningún tipo de objetivo en mente. Tal vez está relacionado con alquimia , ya que de esta ciencia muy poco o nada se sabe, pero bueno, esperemos que algún día se resuelva este misterio.
 
Vale, esto es algo muy interesante. Hacía tiempo había escuchado hablar de él pero no sabía todos sus detalles. Concuerdo con Soma con que no debe ser una broma, demasiado elaborado y extenso para que alguien se tome la molestia de hacerlo sin ningún tipo de objetivo en mente. Tal vez está relacionado con alquimia , ya que de esta ciencia muy poco o nada se sabe, pero bueno, esperemos que algún día se resuelva este misterio.
Ahora que mencionas la alquimia, creo que hay un libro que también está encriptado, el cual creo que tampoco lo han podido desencriptar 🤔 o creo que nunca ha aparecido el libro en si. Se llama "el libro de oro de Abraham" o algo así, dicen que es de alquimia xd.
Otro libro misterioso es el Codex Giga
 
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