Fantasía La Dueña del Cuadro

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— ¿Qué vamos a hacer para esperar halloween? —preguntó ociosa Diana— me aburro, venga hay que inventar algo.

— Podríamos ir de compras— sugirió Melissa, ante lo que todas hicieron una mueca

— Mell, hay un mundo fuera de las tiendas de ropa. ¿Sabes?— replicó Rea

— A ver la idea es divertirnos y hacer algo que de miedo. ¿Alguna sugerencia?— volvió a proponer Diana

— ¿Qué tal contar historias de terror o ver una peli de esas?

— Aburrido— replicó Diana poniendo los ojos en blanco— lo hicimos hace como 2 halloween atrás.

— ¿Sacrificar a un gato?— sugirió Rea

— Que vayamos a celebrar halloween no quiere decir que seamos brujas Rea.

— ¿Qué tal disfrazarnos para ir a pedir dulces?

— No Melissa, sabes bien que si vamos a disfrazarnos terminaremos pasandonos el día eligiendo ropas, y no podemos pedir dulces, aún no es halloween. !Quiero hacer algo emocionante!— reclamó Diana ya desesperada

— ¿Qué tal visitar casas embrujadas?

Las chicas se quedaron mirando a Rea, no les parecía mala idea. Aunque no era lo que Diana esperaba, y a Melissa le daba un poco de miedo.
Decidieron buscar unas linternas pues eran ya las nueve de la noche.

Rea volvió con una mochila llena de cosas "útiles" según ella, sin embargo había olvidado su teléfono en casa.
Melissa sin perder la oportunidad de lucir algo nuevo regreso vestida de hada.
Y Diana solo vino con el teléfono en la mano, desesperada por algo de acción que activara su noche.

La primera casa era vieja y crujió cuando abrieron la puerta, sin embargo el interior dejo mucho por desear.

— Aquí no hay nada— se quejo Melissa

— Puros trastes viejos— admitió Rea, quién se había pasado el tiempo subiendo y bajando las escaleras para escuchar los crujidos que emitían.

— Chicas vámonos de aquí. Tengo el lugar perfecto.

Diana ni siquiera había mirado las pobres telarañas que adornaban las esquinas. Su estancia había consistido en buscar videos en Youtube y casas abandonadas en Google.
Finalmente había dado con el lugar ideal.

— ¿A dónde vamos?

— A visitar una casa en verdad embrujada. Miren chicas— les mostró una foto de una mujer muy seria en un fondo oscuro— esa era la antigua dueña.

— Pero si está en blanco y negro, ya debe estar muerta— cuestionó Melissa

—Mejor así Mell, los fantasmas son los que hacen que las casas estén embrujadas— le dijo Rea dándole un codazo

— Y la tia no solo se murió, sino que tuvo una muerte súper rara. Estaba obsesionada con algo de la juventud eterna. Dicen que mando que le hicieran un cuadro, y se encerró a mirarlo en un cuarto oscuro y allí se murió. Nadie se ha atrevido a mirarlo desde entonces.

— Seguro que solo le dió un infarto y no tuvo algún familiar que la socorriera— Melissa no quería tener miedo sin siquiera haber entrado a la casa

— Tengo que hacerme una selfie con ese cuadro. Necesitamos encontrarlo chicas— exclamó Diana, su noche no solo se había vuelto divertida sino que también la catapultaría a la fama.

A Rea no le hizo mucha gracia, pero aún así entró en la casa. Y Melissa esperaba que no encontrarán nada raro.

Tuvieron que abrirse paso entre la densa capa de telarañas con una pequeña escoba que al parecer Rea traía en su mochila.

A Diana se le ocurrió hacer un vídeo, para luego subir las partes más emocionantes a su canal.
Para eso creo el ambiente perfecto con una música de terror que empezó demasiado alta.

Cuando Melissa escucho el sonido pego un grito y camino deprisa tropezando con una tabla levantada en el suelo.

— No ha sido gracioso —dijo desde el suelo tapándose los ojos ante la cegadora luz de el teléfono de Diana que ya había conseguido un buen video inicial.

Rea que llevaba rato riéndose ayudo a levantarse a Melissa

— ¿Dónde está tu linterna?— le preguntó

— No lo sé, la traía apagada cuando entré.

Buscaron un poco pero nada, el lugar estaba demasiado lleno de rincones ocultos.

— Dios mío, hubiéramos hecho un "Live" espectacular, una pena que no halla cobertura.

Siguieron avanzando y encontrando cosas un tanto extrañas.
Melissa se estaba divirtiendo, había olvidado el miedo y estaba llenando de trastes la mochila de Rea cuándo encontraron el esqueleto del gato.

— Es de plástico seguro— aseguró Diana asqueada

Rea se llevó la calavera como souvenir, pero a Melissa ya no había manera de que se le desacelerara el pulso. Estaba convencida de que aquello ya encerraba algo oscuro.

Entraron a un salón, Diana iluminó y enfoco todas las pinturas de la pared, pero ninguna tenía nada raro.

A Rea se le ocurrió tocar las teclas del viejo piano, pero tuvo la suerte de elegir las más graves y Melissa grito del susto.
Iluminó su alrededor con su teléfono y una larga sombra hizo aparición.

Corrió desesperada hacía la salida pero eligió la puerta contraria y salió a un pasillo.

A Rea le parecía ilógico que Melissa se hubiera asustado con la sombra del candelabro que ella iluminaba en ese momento.
Solo había sido un estúpido juego de luces.

Corrieron a buscarla, bueno... con el paso lento de Diana que no quería perder detalle.

Las chicas se alarmaron cuando escucharon los fuertes alaridos de Melissa.
Corrieron hacia el pasillo y fueron probando puertas mientras la llamaban.
Diana entró en una, puesto que creyó haber escuchado la voz de Melissa allí.
Pero la puerta se cerró de pronto y por mucho que lo intentó no pudo volver a abrirla.

Rea por su lado iba abriendo y cerrando puertas para no equivocarse dado que los gritos de Melissa la desesperaban y quería encontrarla lo antes posible.
Finalmente encontró una puerta por dónde las anchas capas de telaraña habían sido atravesadas hacia poco.

Caminó por allí y cuando se creyó perdida, escucho los gemidos del llanto de alguien.
Esto la asustó mucho, todos los libros que había leído hablaban de niñas que lloraban pero no se veían.

Continua....
 
...Pero al iluminar la estancia descubrió a Melissa sollozante, en un rincón a oscuras envuelta en telarañas.

— Mell, Ya te encontré no te preocupes— le dijo quitándole los pedazos de telarañas de la cara.

Poco a poco la chica se calmó, y cesó el ataque de pánico que había sufrido.

— Me-ee enred-e en las telarañas y me quedé a oscuras pues perdí el teléfono. — le explicó

A Rea le parecía gracioso, Melissa casi era como un gusano envuelto para transformarse en mariposa, claro su vestido rosado con alas tampoco ayudaba.

Aún así la chica se concentró en que recuperará la compostura, ya que no podía levantarse del miedo.

Le dió un poco de agua y un pañuelo para que se secará las lágrimas.

Decidieron ir a buscar a Diana. Melissa tenía miedo de que llevará tanto rato sola, sólo por eso decidió acompañar a Rea, puesto que lo único que deseaba en ese momento era buscar la salida y correr hasta su casa.

Por su lado Rea estaba un poco enfadada, pensaba que Diana se había quedado grabando un montón de tonterías por ahí en vez de socorrer a Melissa.

Salieron al pasillo de las puertas y fueron abriendo una por una.

Sin encontrar ningúna pista de Diana.

Tenían miedo de perderse en alguna por lo que no buscaban dentro de las habitaciones ya que tenían pasillos largos que conducían a otras partes.

Finalmente Melissa se encontró el llavero del celular de Diana frente a una puerta.

La abrieron de inmediato y se adentraron en ella.
Iban con cuidado por el pasillo, cuando escucharon un ruido extraño.
No estaban solas.

Se adentraron en la habitación y de solo iluminar el suelo encontraron el celular de Diana al lado de unas tablas podridas que hacían un hueco en el suelo por el que cabría una persona.

Las chicas miraron por el agujero en el suelo, sólo para encontrarse que estaba muy profundo y lleno de un líquido oscuro y viscoso.

— ¿¿Diana ??— llamó con una voz temblorosa Melissa

Rea fue iluminando el resto del suelo, pensando que como Melissa, Diana podría estar agachada por ahí.

Una sábana blanca estaba tirada en el suelo.
Y al levantar la linterna había un cuadro gigantesco completamente en negro allí colgado.

— !!¿¿DIANA ???!!— grito Melissa aterrada

Escucharon una voz como de una anciana y se convirtieron en gelatinas con linterna.

Las luz tambaleante iluminó a una anciana con harapos destrozados que se acercaba hacia ellas mientras murmuraba con su boca sin dientes palabras sin sentido.

Las chicas gritaron de terror y salieron corriendo.

La anciana empezó a perseguirlas pero cayó por el hueco pantanoso, a lo cual ellas suspiraron un poco aliviadas pero con el miedo a flor de piel.

Se voltearon para salir por la puerta dónde habían entrado pero entonces apareció la mujer de la foto que les había mostrado Diana antes de venir.

La dueña de la casa.
Se veía joven y hermosa, con una ropa muy moderna.
Les sonrió como para aterrarlas aún más.

— ¿Buscaban algo en mi casa?

Las chicas corrieron hasta la puerta que continuaba abierta.

Y de ahí hasta el salón del piano. No sé detuvieron ni un segundo, y Melissa tuvo el sentido común de no caerse en el camino.

Huyeron de prisa hasta la casa de Rea que como un manojo de nervios intentaba abrir la cerradura sin éxito.

Melissa le arrebató la llave y entraron.
Una vez dentro respiraron un poco.

— ¿Crees que deberíamos llevarlo a la policía?— preguntó Melissa levantando el teléfono de Diana en su mano —porque yo no pienso volver a esa aterradora casa.

— Si, creo que será lo mejor- exclamó Rea exhausta— aunque revisalo por si acaso muestra en que dirección fue Diana.

Se apoyo en el respaldo del sofá y cerro los ojos.

— Rea, creo que deberías ver esto— le aviso su amiga con un tono de voz atemorizado.

La chica se levantó y miro el teléfono, ahí estaba en la grabación Diana destapando el cuadro.
Y segundos después...

Las manos de la anciana saliendo del cuadro apretaron su cuello y Diana empezó a perder color en el cabello, su ropa comenzó a cambiar y su cara a envejecer.

Una pena, de seguro se habría vuelto viral.


PD: Well tengo ese cuento publicado en Wattpad dónde pienso poner algunos otros, allí soy Ricitos_d_Oro uwu.

PD2: Se aceptan todo tipo de críticas sobre el presente cuento.

PD3: Todos los putos derechos reservados, la dueña del cuadro irá a visitaros si osas robarlo.
 
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